Si nos guiamos por las experiencias que hemos conseguido recopilar en estos días. El que puedas o no inscribir a tu bebé como hijo de las dos depende totalmente del Registro Civil y el funcionario que te toque. Y la papelería que te piden pueden ser la misma que a las parejas heterosexuales, añadírsele el consentimiento de filiación o en el peor de los casos, la exigencia del documento del centro de fertilidad. Si no, te quedas con la única posibilidad de tener que adoptar a tu propio hijo y perder tiempo, dinero y un montón de derechos.
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