Sergio Álvarez Ibáñez, miembro de la Organización Telefónica Obrera de la UGT, tenía cuarenta años cuando fue detenido. Acababa de finalizar la Guerra Civil, en la que había desempeñado el cargo de comisario de batallón en el frente del Centro. Y allí, entre los muros de la Dirección General de Seguridad, perdió la vida. Según un atestado policial, sufrió un "ataque cardíaco" mientras estaba siendo interrogado. Pero la autopsia realizada reveló que el cuerpo presentaba "contusiones en codos, regiones pectorales y nalgas".
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