Un grupo de científicos japoneses ha provocado un seísmo artificial en el Monte Zao, un volcán del norte de Japón, para obtener datos que puedan ayudar a mejorar la predicción de erupciones freáticas. El equipo, formado por miembros de la Universidad de Tohoku y de la Agencia Meteorológica de Japón, provocó el seísmo introduciendo unos 200 kilos de dinamita en un agujero de unos 40 metros de profundidad horadado en una de las laderas del volcán y rellenado con agua.
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