Sin embargo, el propio diario, lejos de hablar de despido o de que los altos cargos de PRISA le habían cortado la cabeza a Cebrián, prefirió hacer un elogio del histórico periodista y hablaba de abandono del propio Cebrián, como si este, por voluntad propia, hubiese renunciado a su cargo. Es verdad que a Caño le quedaban pocos valedores, pero Cebrián era uno de ellos y su salida forzada le llevó a hacer esta suerte de texto masaje
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