A largo plazo, la tendencia global del metano en la atmósfera es clara. La concentración del gas era relativamente estable durante cientos de miles de años, pero luego comenzó a aumentar rápidamente a partir de 1750. La razón es simple: el aumento de la población humana desde el inicio de la revolución industrial han significado más agricultura, más basura y el uso de más combustibles fósiles, agentes productores de metano. Durante el mismo período, las emisiones procedentes de fuentes naturales han permanecido casi igual.
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