La vivienda fue alquilada por un valor de 1.150 euros, un importe que la víctima abonó en tres pagos, después de recibir la documentación que presuntamente le daba derecho a la utilización del inmueble.Una vez en el lugar y con la intención de disfrutar de sus vacaciones, la víctima se dio cuenta de que había sido víctima de una estafa.
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