Gleick ha escrito biografías de genios como Newton o el físico Richard Feynman, dos hombres completamente distintos. Newton era un hombre solitario, melancólico, que nunca tuvo pareja; Feynman era altamente social, incluso mujeriego y sumamente extrovertido. Pero ambos tenían algo en común: su necesidad de retirarse dentro de sí mismos, en la soledad de su mente, y la capacidad de pasar grandes cantidades de tiempo inmersos en profundo estudio.
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