En 1995, cuando se estrenaba Toy Story, la primera película de animación realizada por ordenador, parte de la crítica americanan clamaba atemorizada ante una técnica que pensaban que podía terminar con el cine tradicional y el 'star system' establecido. Woody, Buzz y compañía sustituirían a Meg Ryan, Brad Pitt y Julia Roberts. Pero las previsiones más agoreras no se cumplieron. Pixar demostró que la animación rompía los límites y llegaba a lugares donde la ficción no podía. Nada era imposible, ni siquiera que los juguetes cobraran vida.
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