Poner la mesa, ducharse, secarse el pelo, jugar con sus hijos... El coronavirus ha convertido estas actividades cotidianas en una auténtica odisea para Nieves Cámara, con síntomas de COVID-19 desde hace 13 semanas. Empezó con fiebre y algo de tos cuando llevaba unos días en cuarentena tras el positivo de un compañero de trabajo. Tres semanas después, las radiografías revelaron que padecía neumonía. Como ella, centenares de pacientes afectados por el coronavirus con síntomas persistentes han decidido unirse para dar visibilidad a su problema.
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