Un hombre de 81 años ingresó en el Gregorio Marañón tras sufrir un ictus, donde fue atendido durante dos días en la unidad específica para ello. Tras estabilizarlo, como marca el protocolo, fue trasladado al Infanta Leonor para recibir rehabilitación, pero se encontró con que no había habitación para él. El segundo hospital le aseguró que no tenía constancia de la llegada de un paciente, mientras el primero le remitía a ese protocolo.
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