Cada vez que una inspección da con sillas, mesas o sombrillas ilegales en una terraza, al bar o restaurante en cuestión le cae una multa; después, ese material se requisa, se transporta y se guarda en la Villa hasta que su propietario vaya a recogerlo. La sanción hay que pagarla, pero la recogida es voluntaria así que muchas veces el propietario de ese mobiliario ilegal no va a recuperarlo por lo que si al cabo de dos meses sigue allí, se convierte en material municipal. Una intranet del ayuntamiento anuncia todas estas cosas para su gestión.
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