Si leemos un texto en el que alguien sonríe y es feliz, casi sin darnos cuenta, nosotros también sonreímos. Este tipo de comportamiento se manifiesta también en el caso de otras emociones. Sin embargo, si el texto no está redactado en nuestra lengua materna, sino en un idioma que igualmente conocemos, la mente y el cuerpo reaccionan de forma diferente. Este efecto puede depender de la diferencia en la forma de aprendizaje entre la lengua materna y el otro idioma.
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