Los animales no humanos no son seres inconscientes sino todo lo contrario, son capaces de experimentar sentimientos (buenos y malos) y ser conscientes de una variedad de estados y sensaciones como el placer y el sufrimiento. Son seres sintientes. Esta capacidad se manifiesta en conductas que sólo pueden explicarse por la existencia de esta capacidad: sentido de justicia en primates como los chimpancés (Proctor et al., 2013), autoreconocimiento en elefantes asiáticos (Plotnik et al., 2006), o cómo los delfines lloran la muerte de sus crías (Regg
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