Agotada y con exceso de trabajo, Julie renunció a su empleo como desarrolladora de videojuegos en Pekín el pasado abril para convertirse en una "hija a tiempo completo". A sus 29 años, ahora pasa sus días lavando platos, preparando comida para sus padres y completando otras labores del hogar. Sus padres pagan la mayoría de sus gastos pero Julie rechazó su oferta mensual de US$280. Su prioridad actual, después de todo, es tomarse un respiro de las jornadas de 16 horas de su antiguo trabajo. "Vivía como un cadáver andante".
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