Parecía un entrenamiento más cuando Wassim Rhalmi, de siete años, supo que no podría volver al equipo donde había aprendido a jugar al fútbol en las últimas temporadas. Su entrenador en el Rusadir CF de Melilla le pidió que se acercara: “Me dijo que no puedo jugar porque no tengo papeles”, dice el pequeño, nacido en España pero sin tarjeta de residencia por la situación administrativa heredada de sus padres marroquíes y las trabas derivadas de la ubicación fronteriza de su ciudad. “Cuando terminamos el ejercicio, me dijo ‘No puedes jugar más’ y
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