Es un pequeño milagro porque apareció en un ambiente hostil como es un jardín urbano y con enemigos naturales, incluyendo animales domésticos. Pero ha sobrevivido y ahora crece en el Centro de Recuperación de Fauna del Saler para que vaya desarrollándose con seguridad. Es la primera ardilla nacida en el Jardín del Turia, hija de alguno de los ejemplares introducidos en los meses anteriores por el Ayuntamiento con la intención de incorporar este animal (que no es agresivo, no es plaga y es agradable a al vista) en el espacio natural.
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