El acusado mantuvo en el domicilio a la mujer en contra de su voluntad, "sin dejarla salir, quitándole las llaves de la misma y la batería del móvil para que no pudiera comunicarse con nadie". A la vista de las lesiones que presentaba como consecuencia de la agresión, el acusado consintió, tres días después, que pudiera salir del domicilio para desplazarse a un hospital de Molina de Segura, en cuyas inmediaciones él esperó la salida de la lesionada para volver al hogar. En esa ocasión, la lesionada ocultó el verdadero origen de sus heridas.
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