Al presionar una pequeña región del cerebro vinculada a la conciencia, los científicos hicieron que monos completamente anestesiados se despertaran de repente y se pusieran alerta. Cuando esto sucedió, los primates se comportaron igual que cuando estaban despiertos. Una vez que se apagó la estimulación, los macacos volvieron a un estado inconsciente. Este resultado fascinante está proporcionando nuevas pistas sobre el cerebro y cómo produce conciencia consciente, ideas que podrían conducir a terapias para pacientes atrapados en coma.
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