A Queipo de Llano no le tembló el pulso a la hora detener y fusilar a Miguel Campins, uno de los mejores amigos de Franco, el 16 de agosto de 1936 en las murallas de la Macarena de Sevilla. No le importó ni lo más mínimo que este, incluso, hubiera terminado apoyando el golpe de Estado desde su puesto de gobernador militar de Granada.
|
etiquetas: campins , queipo de llano , franco