Mientras otras especies vecinas, como los delfines, mueren enganchados a los fragmentos más grandes, o los pájaros y los peces pelágicos (los que viven en la superficie marina, a menos de 200m de profundidad del mar) fallecen por la ingesta de los llamados microplásticos, fracciones de menos de 5mm de grosor que varias especies confunden con alimento, para las medusas estos materiales sirven de refugio rutilante.
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