Si Donald Trump parece más desesperado por el resultado de las próximas elecciones que la mayoría de los candidatos, puede que sea por una buena razón: los presidentes normalmente no tienen que preocuparse por ir a la cárcel si pierden. Sin embargo, las actividades de Trump en los últimos años —desde pagar a una estrella del porno para que guarde silencio a su abultada devolución de la renta, pasando por obstaculizar una investigación sobre los lazos de su campaña con Rusia—, provocan que las elecciones puedan ser mucho más decisivas para él.
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