De no querer ver a la prensa ni en pintura, ahora pasea su figura por todas las televisiones, radios y periódicos posibles. Es verdad, y eso se nota mucho, que con los 'afines' está más a gusto. Sin embargo, dado que nadie le quiere como compañero de viaje político, piensa en la posibilidad de repetición electoral y se lanza a la carrera como si de un candidato estadounidense se tratara. Ya le da igual a sus asesores si el que hace las preguntas es amigo o no.
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