Al menos 37 personas murieron y más de 50 resultaron heridas en el
ataque del pasado uno de junio en un hotel de Manila por un hombre armado que, según la Policía, pretendía robar, en un incidente que hoy permanece rodeado de confusión. No obstante, el Estado Islámico
reivindicó el ataque, dirigido a eliminar a un grupo de combatientes cristianos.