El odio a los lunes está más que asentado en la cultura occidental. El gato Garfield, entrañable misántropo creado por Jim Davis, lo argumentaba con elocuencia: es un odio atroz que vuelve semana tras semana y solo se supera con “café, comida y muchas horas de sueño”. Se le han dedicado novelas como la más bien discreta Odio los lunes, de Vicente Trigo Aranda, canciones como la ensoñación homicida de Bob Geldof I Don’t Like Mondays. Universidades como la de Flinders, Australia, o consultoras tan sesudas como Gallup han intentado atribuirle una
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