Johann Christian Bach, hijo de J.S., podía escupir en el suelo de casa, llegar de la cantina un poco bebido, faltar a misa algún domingo... Vamos, que todo le era perdonado. O casi todo. Hay una noticia recogida por el C.F.D. Schubart (el 16 de enero de 1775), que Johann Christian detallaba: "En cierta ocasión estaba yo improvisando al teclado y terminé con un acorde de cuarta y sexta (el acorde de cuarta y sexta es muy inestable); mi padre estaba en la cama y yo creí que dormía. Sin embargo se levanto me dio un cachete y resolvió el acorde".
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