En la última actualización de la de las “Memorias” de Santiago Carrillo, publicada por editorial Planeta, el autor dedica dos páginas escasas, de un total de 829, a lo que denomina “la detención y el martirilogio de Julián Grimau”. Carrillo dice que fue entregado a la policía, en una cita clandestina, por un traidor de apellido Lara, que después de la delación desapareció en el anonimato y del que no se volvió a tener noticia. Carrillo, que en otros hechos de menor relieve se extiende prolijamente, pasa como por ascuas por el fusilamiento de Gr
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