Enérgica, altiva, de cutis moreno pero pálida, delgada, alta, de cabellos oscuros y rizados, ojos pardos tendiendo a negros, muy abiertos, y hermosa. Así era Julia Espín Pérez Colbrand, la que los expertos señalan como musa de Bécquer, la musa de las Rimas, la mujer a la que el poeta sevillano idealizó, en la que creyó ver el amor, pero que rechazó en todo momento al autor romántico.
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