En España no hay historia de amor más sólida que la que viven desde hace décadas los jueces con Banco Santander. Todo es especie de luna de miel en el que todo es felicidad y pasión. No es un amor romántico, sino una especie de matrimonio concertado en el que cada cual se lleva su parte de la dote. Evidentemente, como en toda relación, hay altibajos, como el sucedido con el Caso Orcel. Sin embargo, después de la tormenta, unos dedos entrelazados, una mirada, un regalo y todo arreglado.
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