La falta de lluvias en Extremadura y en muchas otras zonas de España ha dejado este año sin pastos la finca de José Manuel. Muchos ganaderos tienen que comprar alimento y el precio de la paja se está disparando. Los que no pueden pagarla tienen que sacrificar a su ganado y los mataderos están colapsados. Este pastor solo tenía dos opciones: o bien gastarse miles de euros en comprar pienso para alimentar a los animales o bien buscar un nuevo espacio donde pudieran pastar libremente todo lo que quisieran. Eligió la segunda opción.
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