Cuatro meses después de la entrada en vigor de la ley rider, la adaptación del modelo negocio de las plataformas de reparto a domicilio a la nueva norma es desigual. La ley establece que los repartidores tienen una relación laboral con las compañías, y no pueden ser considerados autónomos. De las plataformas que ya funcionaban en España, Glovo y Uber Eats siguen siendo cuestionadas por los sindicatos pese a haber hecho cambios en su forma de operar, Just Eat acaba de cerrar el primer convenio colectivo del sector y Deliveroo ha dejado España.
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