La evolución de la economía española en el inicio del año ha sorprendido a todos los analistas y les ha obligado a revisar al alza sus estimaciones. A estas alturas del año, nadie se atreve a descartar que el crecimiento del PIB marque su nivel más alto de toda la recuperación, superando el 3,2% de los dos últimos ejercicios. ¿A qué se debe este optimismo? En gran medida, responde a la apuesta decidida del sector empresarial por la inversión que refleja la confianza del tejido productivo y retroalimenta el ciclo expansivo de la economía.
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