Camboya es el epicentro del mercados de vírgenes de Asia, donde está extendida la idea de que desflorar a una joven alarga la vida y puede curar enfermedades. Los compradores pagan generalmente entre 500 y 5.000 dólares (de 350 a 3.500 euros), aunque algunas organizaciones aseguran que el precio puede llegar hasta los 12.000 dólares (8.800 euros), según la edad y la belleza de la candidata.
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