El 3 de febrero de 1959 oyó por la radio que se había estrellado el avión de Ritchie Valens, Buddy Holly y ya no volvió más a clase. En ese preciso momento, como una iluminación, decidió que se iba a dedicar a la música. El pasado 15 de enero Fowley soltó su última frase: «Stay teenager, stay r´n´r» y dejó de hablar para siempre. Murió en Los Ángeles, acogido en casa de Cherie Currie, la cantante de The Runaways, la mejor all girls band de historia —con permiso de The Ronettes— que Fowley ideó, cocinó y produjo.
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