A Paquita (nombre ficticio) le diagnosticaron cáncer de mama hace tres años. Tenía buen pronóstico. El tumor estaba encapsulado. Había que extirparlo y quizá dar alguna sesión de radioterapia. Paquita no se lo contó a nadie. Comenzó a mirar por Internet hasta que encontró la autodenominada nueva medicina germánica. Decidió que se curaría ella sola con las indicaciones de esta secta sanitaria. Solo tenía que resolver conflictos emocionales y el cáncer desaparecería como por arte de magia. No ha vuelto al médico en todo este tiempo.
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