Uno de los que militan en mi pasado es el padre Apeles. Qué alegría me llevé cuando descubrí su blog hace unos días, mientras me reconciliaba con mi adolescencia. Su falsa relación con Yola Berrocal, su programa nocturno con Rociíto, sus cáusticas intervenciones en el Moros y cristianos de Sardá. Todas sus andanzas televisivas regresaron de pronto al presente indultadas, más vivas que nunca.
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