Rebatidas las premisas físicas de la prueba de la virginidad, las investigadoras abordan sus efectos psicológicos sobre las mujeres que son sometidas a ellas. Las consecuencias son desoladoras, comenzando por el propio terror al sufrimiento físico que comportan. En Turquía, citan, cinco chicas prefirieron envenenarse con raticida antes de ser examinadas. "La virginidad es un constructo cultural basado en el género, no una realidad médica. Nadie puede quitártela".
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