No había tanto desprecio ante una aparición televisiva desde que Ana Rosa Quintana intentó entrevistar al asesino de Alcásser, Miguel Ricart. El ruido que hicimos muchos y la sensatez de sus jefes ganaron a las ganas de algunas. Y la entrevista no se hizo. No tiene nada que ver una choriza, que es como la llamó aquí Nuria Roca, con un violador y asesino, como Ricart. Ahí empiezan las diferencias. Tantos insultos ha recibido la entrevistada de esta noche en Twitter, que hasta le han dado a una que no era de la guerra, como diría Gila.
|
etiquetas: sonia castedo , imputada , partido popular , corrupción , telecinco