Cuando se supo de las primeras grabaciones de Rubiales, según apuntan fuentes tanto jurídicas como socialistas, Iceta abrió internamente la posibilidad de denunciar al presidente de la RFEF ante la Justicia. Pero evitó hacerlo por una orden de Moncloa. El pasado 20 de abril, el ministro pidió públicamente a Rubiales que aclarase el tema de las comisiones y calificó de «inaceptable» las grabaciones a miembros del Gobierno. Afirmó, en plena polémica por el caso Pegasus, que en España «no se puede ni se debe espiar». Pero después guardó silencio.
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