El trabajo de Johnson era simple: hacer unos cuatro carteles diarios para resaltar el punto de "venta" de los artistas. Se le alentó a que hiciera valer todo su entusiasmo estadounidense pintando mejillas rosadas, sonrisas brillantes y mechones saltones. Desde la muerte de Johnson, muchas de sus obras se han vendido pa por equeñas fortunas en Sotheby's bajo el paraguas de American Folk Art; emiten una comprensión infantil de la profundidad y la forma.
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