“La historia […] es que el asado de cerdo fue disfrutado por primera vez cuando accidentalmente se incendió una casa en la que estaban encerrados unos animales. Buscando entre las ruinas, los dueños de la casa se quemaron los dedos al tocar los cerdos que se habían quemado en el incendio. Cuando impulsivamente se chuparon los dedos para aliviar las quemaduras, descubrieron el nuevo sabor. Habiéndoles gustado, desde entonces, se pusieron a construir casas, a meter cerdos dentro y a quemarlas…”
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