La cuestión estriba aquí en mostrar que se podría financiar la RBU un año tras otro sin elevar impuestos o precios. Continuamente se añade dinero nuevo a la oferta dineraria, pero se añade como deuda creada privadamente por los bancos. La RBU substituiría el dinero-creado-como-deuda por dinero libre de deuda a la vez que mantendría sin cambios en su mayor parte la oferta de dinero, y en la medida en que se añadiera dinero nuevo, podría contribuir a crear la demanda necesaria para llenar la brecha entre productividad real y potencial.
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