Hay que ver lo que cambia una persona cuando lleva unas cuantas copas de más. Los hay que, siendo tímidos por el día, le dan a la sin hueso el sábado por la noche. Los que, al conocer al chico o chica de sus sueños en una discoteca, necesitan un poco de alcohol para acercarse y saludar. O aquellos que, con un cubata en la mano, terminan resolviendo dilemas morales. Precisamente, éste ha sido el caso de las 102 personas que acabaron, en un bar francés, convertidas en ratas de laboratorio.
|
etiquetas: copas , fríos , calculadores , discoteca. alcohol