Ningún candidato se ha atrevido a nombrar al rey Felipe VI, ni a la reina doña Letizia. Todos cierran filas en torno a sus majestades a pesar de los incontables casos de corrupción y abusos de poder en los que se han visto implicada la familia real. ¡Benditos sean! Gracias a los monarcas España es respetada y querida en el mundo entero y ese es el precio que hay que pagar. Para colmo los reyes eméritos don Juan Carlos y doña Sofía con toda la desfachatez y el descaro siguen activos y ejerciendo sus funciones.
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