Este año, el movimiento volverá a presentarse dividido con un desacuerdo añadido: apoyar o no la reforma de la ley del ‘solo sí es sí’ del Ejecutivo, aprobada el pasado agosto y que ha resultado en más de 400 rebajas de penas a agresores sexuales por la unificación de dos delitos (abuso y agresión sexual) en uno solo. La abolición de la prostitución, la primera diferencia. La autodeterminación de género de la ‘ley trans’: el detonante de la división. La nueva discrepancia: ‘Solo sí es sí’, a favor o en contra de reformarla.
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