El último estudio de Fedea señala que los ingresos tributarios en 2022 en España subieron 2,9 puntos más que en 2019, siendo nuestro país un caso llamativo, debido a que en la UE la presión fiscal se han mantenido constante. La no deflactación de las tarifas del IRPF explica en buena parte el incremento registrado. Al no adaptar los tramos del impuesto a la subida de precios, las alzas salariales que han registrado los trabajadores se han diluido pese a que las mejoras retributivas no les han hecho ganar poder adquisitivo en general.
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