Un post de ayer de Enrique Dans “La falacia de las Open Office” me ha recordado un tema que hace tiempo quería tocar. El de la moda que se está extendiendo como un cáncer de organizar los puestos de trabajo cómo oficinas de espacios abiertos, sin despachos, sin paredes e incluso sin puestos de trabajo fijos. En teoría una moda que pretende asegurar la colaboración en el trabajo y que en el fondo lo único positivo que consigue es una reducción de los costes de espacio de trabajo.
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etiquetas: economía , trabajo , desregularización