Joan nunca ha sido un chico conflictivo. A sus 21 años, este joven, que tiene el síndrome de Down, había logrado cierta autonomía: estudiaba en una escuela de cocina, cogía el tren solo para ir a Barcelona… pero un trastorno obsesivo agresivo, agravado hace apenas un año, lo ha cambiado todo. "Cuando sufre un brote, explota y agrede a quien tiene delante con puñetazos y lo que tenga a mano", explica su padre, Francesc Mateu.
|
etiquetas: sindrome de down , brotes violentos , falta de recursos