Alexandra Allen, proveniente de la localidad estadounidense de Utah, sufre de una rara alergia al agua conocida como urticaria acuagénica. Esto mantiene a la joven alejada de los lagos o piletas, ya que tan solo el hecho de sumergirse bajo el agua le produciría una gran irritación en la piel. La joven vivió su primer episodio alérgico hace algunos años después de nadar en una pileta. En un principio su madre creyó que había tenido una reacción al cloro y con un medicamento antihistamínico resolvió el malestar.
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