El proceso de la eyaculación es explosivo, con el semen lanzado a gran fuerza a través de la cámara de picadura de la reina y dentro del oviducto. De hecho, el proceso a veces es audible para el oído humano, similar al sonido de una pequeña “explosión”. La eyaculación es tan poderosa que rompe el endófalo del zángano, desconectándose así de la reina. El bulbo del endófalo se rompe dentro de la reina durante el apareamiento, por lo que los zánganos se aparean solo una vez. Curiosamente, el pene “sobrante” que queda dentro de la reina.
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