Los traficantes que operan en suelo español buscan un segundo corte, añadiendo a la mezcla “anestésicos locales no fiscalizados como lidocaína, procaína o benzocaína y analgésicos como fenacetina”. Según los expertos, el objetivo de esta nueva conjunción de sustancias es suplir con sus efectos la intensidad perdida de la cocaína, ya adulterada.
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